El Llavero de Comunicación es una herramienta útil para expresar necesidades y emociones. Comienza introduciendo los símbolos de forma gradual, explicando lo que cada uno representa en situaciones cotidianas. Por ejemplo, cuando la persona busque un refrigerio, puedes mostrarle el símbolo de “hambre”. Mantén el llavero accesible y úsalo de manera constante, para que empiecen a asociar los símbolos con sus experiencias. 

Los cuidadores pueden apoyar el proceso de aprendizaje modelando cómo funciona el llavero. Si sonríen o señalan algo que les gusta, guíalos hacia el símbolo de “Me gusta”, o cuando salgan en el coche, muéstrales el símbolo de “coche”. Estas pequeñas interacciones cotidianas reforzarán el propósito del llavero, haciéndolo parte natural de la comunicación.

El llavero está diseñado para ser flexible: los símbolos se pueden reordenar o reducir según las necesidades del usuario. Esto permite personalizarlo, asegurando que siga siendo manejable y eficaz a medida que se familiarizan más con los símbolos.

Fomenta la comunicación reconociendo cuando la persona usa correctamente un símbolo del llavero. Por ejemplo, puedes decir “¡Muy bien por decirme que tienes sed!” y acompañarlo con una sonrisa o una pequeña recompensa. Este refuerzo positivo les ayuda a sentirse seguros al usar el llavero para expresarse.

También puedes establecer pequeños objetivos de comunicación, como enfocarse en usar uno o dos símbolos clave durante la semana. Celebra cada vez que usen el llavero para comunicarse, reforzando el valor de la herramienta y animándolos a usarla con más frecuencia.

Empodera a tu hijo dejándolo participar en la selección de los símbolos que serán más útiles para el día. Esto puede ser parte de una rutina diaria, donde juntos revisen las actividades que tienen planeadas y los símbolos que podrían necesitar, como “sed” o “toilet”. Al darle la opción de elegir, tu hijo puede empezar a sentir un mayor control sobre su comunicación.

A medida que se familiarice más con el llavero, anímalo a usarlo de manera independiente. Poco a poco, esto le ayudará a reconocer cuándo y cómo usar los símbolos por su cuenta. Involucrarlo de esta manera fomenta la autoconfianza y refuerza la importancia de comunicarse de manera efectiva.

La consistencia es clave. Utiliza el llavero de comunicación en momentos específicos del día, como durante las transiciones entre actividades o cuando es más probable que el niño necesite expresar una necesidad. Cuanto más consistentemente se use el llavero, más lo integrará el niño en su comunicación diaria.

Asegúrate de que todas las personas que interactúan con el niño—maestros, cuidadores o familiares—usen el llavero de la misma manera. Esto garantiza que los mensajes sobre la comunicación sean coherentes, sin importar dónde esté el niño.